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– Análisis
de casos: Rosario Vera Peñaloza.
Rosario
Vera Peñaloza, "Maestra de la Patria"
Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de
diciembre de 1873 en el pueblo de Atiles, La Rioja. Dedicó su vida a la
enseñanza. Fundó el primer jardín de infantes argentino. El Consejo Nacional de
Educación le encargó la formación del Primer Museo Argentino para la Escuela
Primaria, hoy Complejo Museológico del Instituto Félix Bernasconi. Luego de una
admirable trayectoria, llegó a Inspectora de Enseñanza Secundaria, Normal y
Especial. Falleció el 28 de mayo de 1950. Esa es la fecha que se toma,
precisamente, para conmemorar, en su honor, el "Día de la Maestra Jardinera" y el "Día de los Jardines de Infantes".
Conocida como “La maestra de la Patria”, Rosario Vera Peñaloza dejó mucho en la
educación argentina. De muy pequeña sus padres murieron dejándola huérfana y al
cuidado de su tía materna que fue quien le inculcó el amor hacía las letras.
Una mujer modesta, humilde, poseedora de gran inteligencia. Estudiosa y
trabajadora. Fue inspectora de Escuelas municipales, pedagoga, maestra,
directora y fundadora de varias instituciones.
Comenzó su educación en San Juan, y
siguió estudiando en La Rioja para 1884. Rosario tenía solo 15 años cuando
falleció Domingo Faustino Sarmiento. En 1892 se trasladó a Paraná para estudiar
profesorado y en 1894 obtuvo su título Superior de enseñanza. La joven maestra
no se dio por vencida al obtener su diploma, si no que siguió sus estudios
abriéndose a otras ramas del saber. Continuó su educación aprendiendo de
Dibujo, Pintura, Modelado, Grabado, Corte y confección, Tejido en telar, Artes
decorativas y Trabajo Manual.
Fue la fundadora del primer jardín de
infantes de Argentina, en 1900 que funcionaba como un anexo de la escuela de su
ciudad natal en donde ella había dado sus primeros pasos educativos, ya para
1906 la nombraron vicedirectora de esta institución. Luego continuó esta labor,
abriendo jardines de infantes por otras provincias Argentinas y se abocó a la
educación preescolar.
En 1907 fue vicedirectora de la
Escuela Alberdi en Córdoba, donde se desempeñó en su cargo hasta 1912 que pasó
a ser Directora de la Escuela Roque Sáenz Peña en Buenos Aires. A medida que
pasaba el tiempo, Rosario iba sumando alumnos. En los años que ella ocupó su
cargo como directora, la cantidad de asistentes a clase se quintuplicó, llegando
a más de mil quinientos.
En 1931 cumplió su sueño de abrir un
museo. Este fue fruto de años de lucha y estudios. Ella solía ver a la Geografía
como la base de todos los conocimientos. Así fue que para ese año, Rosario Vera
Peñaloza fundó el Museo Argentino en el Instituto Félix Bernasconi, donde
colaboró con su trabajo de forma gratuita durante 18 años. Creó salas folklóricas
y dictó clases cortas para todos aquellos argentinos que se interesaban por
aprender la cultura de su tierra. Defendió la cultura nativa, puesto que era
muy necesario para ella fortalecer las raíces de un país al que llegaban tantos
inmigrantes.
Esta mujer sentó las bases de estudio
para miles de maestras jardineras que, al igual que ella, amaban a los niños.
Trabajo con textos, los estudio y logró compaginarlos para adaptarlos a la
educación argentina. Afirmó que puede enseñarse a los más pequeños desde otra
perspectiva, adaptando textos para mayores y mediante actividades recreativas y
juegos. Le dio suma importancia a la creación manual. Siempre sostuvo que
cuando un niño crea con sus propias manos, lo que hace es expresarse activando
la función cerebral.
Al cumplir sus 50 años de carrera
docente, se formó una comisión con el objeto de homenajearla. Gente de
Argentina, Chile, Uruguay y Perú se adhirió. Firmaron un álbum que llevaba
grabado lo siguiente:
"A Rosario Vera
Peñaloza, espíritu superior, noble y generoso, mujer abnegada y educadora
ejemplar, que se ha dado y se da por entero a la educación, sin reparar en
sacrificios y sin esperar recompensa y que tiene ganado, en buena ley, por su
vasta cultura, su clara inteligencia, y su gran corazón el título de MAESTRA DE
LA PATRIA, devotamente le ofrecen sus amigos de todo el país, colegas,
admiradores, ex discípulos, este modesto recuerdo en sus bodas de oro con la
escuela argentina. Día del Maestro, 11 de septiembre de 1945".
Falleció a los 77 años, el 28 de mayo
de 1950. Fecha que en Argentina es conmemorada como DIA NACIONAL DE LOS
JARDINES INFANTES.
Entre
algunas de sus obras escritas se destacan:
"El
hombre que rehusó el Olimpo"
"Los hijos del sol"
"Historia de la Tierra"
"Un viaje accidentado"
"Cuentos y Poemas"
"Pensamientos breves sobre juegos
educativos".
A través de las estrofas de la canción “Rosario Vera, maestra”, intepretada por
Mercedes Sosa, te propongo analizar
las siguientes cuestiones:
a)
·
Dispositivos
·
Enseñanza/Instrucción
·
Vocación/profesión
·
Normalización
En cuanto a los Dispositivos, la canción nos habla de Dispositivos conocidos por
todos, y que identifican a la escuela pública: pizarrón, tizas, blancos
delantales, aulas.
La Enseñanza
está referida al enfoque magistocéntrico, donde la maestra “siembra semillas de
letras” y tiene “las manos sucias de tiza”.
Su Vocación
es la que surge de su voluntad y su corazón, ya que “sueña sueños” de que todos
los niños estén dentro del aula. Hay voluntarismo y batalla personal en estas
estrofas.
La Normalización
está dada por los “millones de argentinitos vestidos como de nieve”, todos
iguales. No olvidemos que Rosario Vera fue Directora de la Escuela Normal Nº1,
pionera en la actividad de las maestras convocadas por Sarmiento para dar “una
educación normal” a sus alumnas (la escuela era de señoritas por aquél
entonces). Lo sé porque yo estudié allí.
b)
¿A qué se refiere cuando habla de “ganando
mansas batallas”. Fundaméntalo.
En mi opinión, la canción se refiere a
la idea imperante, que es la idea de Sarmiento: ganar la batalla contra la
ignorancia, contra la barbarie. “Un pueblo que no es culto votará a Rosas”
pensaba el gran Maestro, y yo coincido con su forma de pensar. Una maestra como
Rosario gana batallas todos los días, en épocas en que había mayor cantidad de
inmigrantes que de criollos, y había que dar cohesión a una Nación que se
estaba formando. En 1900 más de la mitad de la población era de origen
extranjero, y luego, en plena época de trabajo de Rosario Vera, esta cifra
aumentó hasta llegar casi al 80% (1912-1914). Por lo tanto, dar clase era una
verdadera batalla diaria para enseñar a niños cuyo idioma familiar era
absolutamente diferente. Familias que vivían en condiciones muy humildes, cuyos
padres se veían obligados a trabajar todo el día (incluso los fines de semana)
y donde era muy difícil para estas familias “salir adelante”. Del mismo modo,
la tarea de las maestras fue ímproba y no ha tenido el reconocimiento que
merece en la formación de nuestra identidad y nuestra nacionalidad.
c) Teniendo en cuenta que Pineau
describe a la escuela como “La máquina de educar”, ¿qué piezas de esas máquinas
encontrás en estas estrofas?
Tu oficio, qué lindo oficio,
magia del pueblo en las
aulas.
Milagro de alfarería,
Sonrisa de la mañana.
Yo sé los sueños que
sueñas,
Rosarito Vera, tu
vocación,
pide una ronda de
blancos delantales
frente al misterio del
pizarrón.
Para
Pineau, la educación, o mejor dicho, la Escuela, es una máquina de educar. En
estas estrofas hay una idea de “alfarería”, de trabajar con el barro, con lo
que hay, con lo que la vida me presenta, trabajar como un trabajo manual, todos
los días, como se trabaja en una fábrica. Por eso dice “milagro de alfarería” y “sonrisa
de la mañana”, o sea, de todas las mañanas, en lo que el poeta considera “un oficio” que hace “magia” en las mentes de los pueblos, en
un trabajo constante, sin descanso, como en las fábricas.
d)
Basándote en el análisis anterior y teniendo en cuenta que esta maestra fue
fundadora de los primeros Jardines de Infantes, ¿es representante de la escuela
tradicional, de la escuela nueva o representa a ambas? Las pistas las
encontrarás en su biografía. Fundamenta tu respuesta.
En
mi opinión personal, de ambas. Por un lado intenta llevar la educación “a
todos” como en la idea tradicional, con dispositivos tradicionales. Lleva la
educación hasta los confines de la patria, en la forma “normalizadora” que
conocemos. Pero por el otro hay una renovación de métodos, un “tratar de
llegar” a la mente del niño, buscando su expresión y su creatividad, adaptando
textos, buscando nuevas maneras de enseñar. Podríamos hablar de una enseñanza
tradicional pero matizada con nuevos métodos, pero aplicándolos a la escuela
argentina, que recién estaba ampliando su llegada a toda la población.
e)
Si tuvieras que fundamental su perfil innovador. ¿Qué estrofa elegirías? ¿Por
qué?
Con
relación a lo que opiné en el párrafo anterior, sigo pensando que la innovación
pasa por la vocación, por la voluntad, pero a la vez, por la creatividad. Creo
que elegiría éste:
“Con manos sucias de
tiza
siembras semillas de
letras
y crecen abecedarios
en tu corazón, maestra”
Y
también la estrofa que a mi entender le da sentido a todo lo que hacemos:
“Palotes, sumas y
restas,
tus armas son,
maestrita,
ganando mansas batallas,
ganándolas día a día”.
2- Si
tuvieras que fundamental la escuela por medio de esta imagen con el texto de
Gimeno Sacristán, “La Pedagogía por Objetivos”, ¿cómo lo harías? ¿qué partes
del texto ves reflejadas? Detállalas y fundaméntalas.
(según
la imagen de “La Máquina de la Escuela”
de Francesco Tonucci realizada en 1970).
Según comenta Gimeno Sacristán, la
escuela es una institución que tiene un objetivo final: la eficiencia y la
rentabilidad, en una sociedad fuertemente tecnificada. Y esta rentabilidad,
obviamente, debe ser material. Basada en un enfoque taylorista, la escuela
repite las formas fabriles que conocemos: ingresa materia prima, ésta se
procesa, se obtiene un producto, este producto se vende, la venta produce
ganancias. Los desechos se almacenan en algún lugar en que no molesten, o bien,
se arrojan sin reciclar en algún lugar adonde se pueda contaminar sin
restricciones.
De la misma manera, en el dibujo de
Tonucci ingresan niños como materias primas, se los toma con “manos de acero”,
se imprime en ellos el material didáctico, y salen directamente hacia una
carrera de bienestar, cultura, dignidad y poder. Los desechos se arrojan sin
culpa, lejos del otro camino, el de “lo que la sociedad espera”. Se prohíbe la
entrada a todos los que están ajenos al tema y a la maquinaria, mientras que
por la cinta transportadora salen finalmente los productos, todos iguales,
maquinados de la misma manera, rumbo al mercado de trabajo.
Por otro lado, en el dibujo se ve a
un profesor controlando que todo salga bien, mientras que otro superior
controla la llegada de material didáctico.
Dice Sacristán citando a Bobbit, que
“la educación viene a caracterizarse,
pues, como un entrenamiento que facilita la formación de hábitos de forma
eficiente para el desarrollo de las actividades humanas que los hombres
desempeñan en la sociedad industrial”. Sacristán comenta que “la educación se reduce aquí a un mero
entrenamiento en coherencia con la extrapolación del modelo industrial, donde
formación es, ante todo, adquisición de destrezas concretas y útiles”.
En este contexto, en el que la
educación se transforma en una fábrica, los resultados son cuantificables y por
eso, representan el deseo final de todo el proceso: resultados medibles,
concretos y observables, “lo mismo que lo
son las destrezas de un trabajador” porque son, antes que nada, “actividades”. No se trata de teorizar, se trata de hacer.
Según comenta Sacristán citando a Callahan,
el resultado ha sido deplorable, ya que se han extrapolado valores y prácticas
del ámbito industrial y de los negocios en forma indiscriminada. Y no sólo
porque se trata de conseguir “el mejor
producto”, sino porque este producto se quiere conseguir “al costo más bajo posible”. Tanner
sostiene justamente lo contrario a esta Pedagogía de Objetivos: el modelo
industrial no es válido para el ámbito educativo, “porque la educación no se ocupa de producir objetos inanimados, sino
de seres en desarrollo que deben ser capaces de comportarse competentemente,
pero no ante problemas fijos, sino ante aquellos que van a surgir”. Y la
propia educación debe ayudar a manejar.
Para Sacristán, la eficiencia en sí
misma no es un valor, por el contrario, es una posición alienante, meramente
tecnocrática. Por el contrario, la concepción de la educación debe ser rica,
progresista y liberadora, sin dejar de lado su función creadora a nivel
individual y social.
Si bien, de acuerdo con Jesús
Palacios, la educación “es un noble
edificio antiguo cuyos cimientos se resquebrajan”, la Pedagogía por Objetivos
no es la respuesta a esta crisis, sino es una simple adaptación a un sistema de
producción y de mercado, con base taylorista. No puede resolver, de ninguna
manera, la crisis de la educación, que es también la crisis de la sociedad
capitalista.
Bibliografía
utilizada
& Biografía de Rosario Vera Peñaloza,
Efemérides del sitio del Ministerio de Educación de la República Argentina.
& Biografía de Rosario Vera Peñaloza, del
sitio Biografías.es.
& Muestra sobre la actividad de la
Directora Rosario Vera en la Escuela de Educación Nº1 “Presidente Roque Sáenz
Peña” en el sitio “Huellas de la Escuela – Legado de la Historia Educativa de
la Ciudad de Buenos Aires”.
& Dibujo de Edificios Escolares del
sitio “Huellas de la Escuela”.
& J. Gimeno Sacristán, “La Pedagogía por
objetivos: Obsesión por la eficiencia”, sexta edición, Capítulo 1, Ediciones
Mórata S.A., Primera Edición 1982.
& Jesús Palacios, “La Cuestión Escolar”,
Pedagogía 1, Problemática Social y Pedagógica, Módulo 1, año 2012.
Foto de portada: Quinto Cuarta de la E.S. Nº16 - año 2014, con la profesora Adriana Sylvia Narvaja y el profesor de Sociología, Sebastián Valenzuela, y nuestros queridos chicos.